ENTREVISTA A MIGUEL PUCHOL

 

2018 Aug. 29. Granada, España

 

Germán Martínez López: Bueno, estamos aquí en la conferencia 47 de la IDRS y tenemos el placer de estar aquí con Miguel Puchol. Hola Miguel.

 

Miguel Puchol: Hola, ¿qué tal? Encantado de estar aquí contigo y con Terry.

 

G: Queríamos hacerte unas preguntitas. Sabéis todos que Miguel es distribuidor de cañas en España, Europa y también en EEUU. Queríamos preguntarte cómo empezó todo este tema de las cañas, cómo empezaste a fabricar, luego a comercializar...

 

M: Bueno, en principio yo, desde que empecé a tocar el fagot -empecé un poco tarde, a los 11 años. Antes era lo habitual, pero ahora, como sabemos, se empieza a los 8-, a partir de los 12 años me compré las herramientas y empecé a hacerme las cañas. Evidentemente, con 13 años, no eran unas cañas buenas. Pero bueno, mis compañeros no se hacían las cañas, y yo sí que me las hacía. Luego pasé al tema profesional, estuve de 1er fagot en la Orquesta de Córdoba bastantes años y yo, claro, me hacía las cañas. Luego me compré las máquinas manuales para gubiar, perfilar, etc. No vendía porque, entre el trabajo de la orquesta y el conservatorio, no me quedaba tiempo. Pero luego ya, cuando dejé la orquesta, tenía más tiempo y dije “bueno, ¿y por qué no?”. Tenía amigos que me las pedían, tiempo para hacerlas... Y bueno, hablando con mi mujer, decidimos que sería interesante probar a ver si realmente se podía hacer un negocio de esto, aunque es un negocio muy duro. La gente no lo sabe, o al menos no al 100%, porque son muchas horas, no todas las cañas van, hay que ajustar las máquinas, etc...

 

G: ¿Cuánto tiempo puedes dedicarle al día al tema de las cañas?

 

M: Fácilmente puedo dedicarle unas 5-6 horas. Sobre todo porque por la noche lo que hago es montarlas (claro, como tú ya sabes, no se puede hacer una caña en un día, sino que lleva un proceso). El proceso de montaje lo hago por la noche, y también ponerles la bola, porque es algo que no hace ruido. Ahora, el tema de gubiar y perfilar las palas, probar las cañas y demás, evidentemente, no se puede hacer por la noche (a no ser que vivas solo, que no es mi caso). No es un trabajo de hacer 8 horas seguidas, pero siempre estás haciendo. Es como que nunca descansas, pero bueno... Hay meses mejores, meses peores (porque las cañas no siempre van igual, aunque sean de la misma marca)... Pero bueno, ahí estamos.

 

G: ¿Cuál es tu enfoque de cómo debe ser una caña? Porque hay varios enfoques: que si más clara, que si más oscura, que si más resistente, que si más fácil... O sea, ¿cuál es tu enfoque de fabricación de cañas?

 

M: En principio, cuando tienes un negocio para vender cañas debes ser un poco estándar porque, claro, tú no puedes hacer una caña específica para cada cliente, porque no puede ser. Lo que yo sí que hago es que, conociendo a los clientes, ya sé si a uno le gusta la caña más oscura, más dura, más blanda, más alta, más baja... Intento seleccionar las cañas a cada cliente, “personalizadas”. Pero, en líneas generales, yo siempre busco una caña que vaya muy fácil, que tenga un ataque fácil, que no suene demasiado brillante, pero tampoco muy oscura. Al principio no me gustan que las cañas sean muy oscuras porque, como tú ya sabes, a los dos o tres días las cañas tienden a oscurecerse. Yo creo que una caña que suena oscura el primer día no va a ir bien. Después se puede modificar también, pero bueno... Esa es mi idea: siempre muy libre, libre pero con control. Por ponerte un ejemplo: una caña muy dura no funciona, pero una caña excesivamente libre es como un coche sin frenos, no la puedes controlar. Hay que buscar un poco un término medio. Esa es mi idea.

 

G: ¿Cómo raspas tú una caña desde cero? Esto puede parecer una pregunta un poco complicada, pero creo que a mucha gente le gustaría poder escuchar tu repuesta, porque yo te he visto raspar una caña manualmente. ¿Cómo lo haces?

 

M: Para ahorrar un poco de tiempo, en el gubiado y sobre todo el perfilado de la caña, yo la dejo casi a punto, para que solamente haya que pasarla por la máquina de la punta y hacer unos pequeños ajustes. Así, realmente no trabajo demasiado la caña con navaja porque ya la he trabajado antes perfilándola. Puede ser un caso diferente el de un fagotista que hace sus propias cañas y que tiene una pala con más madera, que puede trabajar más... Porque tú, particularmente, puedes tener más tiempo para hacer cañas para ti. Yo tengo que hacer cañas para mucha gente. Por eso mi sistema de trabajo es un poco diferente. En definitiva, yo no hago mucho raspado porque hago bastante trabajo en el perfilado.

 

G: Bien, pero imagínate que ahora viene un alumno con una caña que ha montado él mismo y te dice “Hola Miguel, enséñame a raspar esta caña”.

 

M: Ah, bien. Lo primero es raspar la punta. ¿Por qué? Porque no sabemos si la caña es dura, es blanda (tú sabes que cada material es un mundo), y cada caña es diferente. Pero la punta hay que rasparla. Así pues, lo primero que yo hago es raspar la punta hasta dejarla en un punto de grosor para que puedas probarla. O sea, yo no la pruebo antes de hacer la punta. Primero hago la punta y veo qué me dice la caña, cómo me habla ella, ¿no? Entonces, dependiendo de lo que me diga hago una cosa o hago otra, y empiezo a raspar por atrás. ¿Por qué? Porque a veces una caña es blanda y, tras hacer la punta, veo que detrás no tengo que hacerle prácticamente nada. Otra puede ser muy dura, entonces, sabiendo eso, trabajo de atrás para delante, pero la punta la tengo hecha. La punta hay que tenerla siempre hecha.

 

G: ¿Haces la media luna?

 

M: Hago la media luna. Yo raspo 1mm en recto. Luego hago los laterales (la media luna), siempre respetando el centro, aunque a veces hay que tocarlo algo, pero en principio no. Cuando ya tengo la media luna hecha, la medida es de aproximadamente 0.30 mm (es un poco gorda, pero bueno, está bien), aunque se puede rebajar hasta 0.27mm o así. Estamos hablando de la parte más a la punta, el tope, la parte más fina. Así es como trabajo las cañas. Digamos que es un poco diferente el cómo yo trabajo las cañas en mi casa a cómo se lo enseño a mis alumnos, ya que se las tienen que hacer ellos y, normalmente, no tienen máquina de la punta. Además, hay que aprender a rasparlas. Yo tengo la máquina de la punta porque agiliza mucho el trabajo, pero yo he estado muchos años haciendo la punta a mano. Bueno, la punta y todo.

 

G: ¿Crees que hay un estilo de cañas español?

 

M: Yo creo que no. Hay un estándar que es la caña que se usa en Europa, y luego en EEUU tenemos otro tipo de caña (aparentemente)... Aunque hoy en día todo esto es muy relativo. Yo tengo clientes en EEUU que tocan con las medidas estándar y otros que me piden, por ejemplo, que sean un poco más cortas... Sí que es verdad que en el mercado de Asia, en Corea y Japón (en China no tanto porque no trabajo mucho), especialmente en Corea, las cañas son un poco diferentes, más pequeñas. Creo que entonces es un poco más diferente la zona de Corea-Japón que la zona de EEUU. En Europa se toca con la caña común de 28-28.5, forma Rieger 1a, con 0.25 en la punta y 1.09 detrás... Lo estándar, ¿no?

 

G: Y en cuanto a timbres, ¿crees que las cañas españolas son diferentes?

 

M: Ahí ya sí que creo que hay diferencia. Por ejemplo, en EEUU se toca con un sonido más brillante... Que es una buena idea pensándolo bien, porque nosotros a veces queremos que suene oscuro, pero ya de por sí desde fuera se escucha más oscuro. Pero en cuanto al estilo de funcionar, hoy en día creo que está todo más globalizado. Solamente lo que te he dicho, en Corea y Japón las veo más diferente en la forma: forma más estrecha, tubo más largo, una pala más corta... Algo que en Europa no se usa. Usar 30 de tubo y 25-26 de pala es algo que aquí no se hace. Puede ser que alguien lo haga. Tampoco quiero decir que esté mal, ¿eh? Simplemente es diferente.

 

G: Muy bien. Si quieres comentar alguna cosa a los que te puedan escuchar... En referente al tema de las cañas.

 

M: Es un mundo apasionante, pero a veces es un poco decepcionante, ¿no? Porque a veces haces una caña perfecta, pero no va y no sabes qué hacer. Digamos que lo difícil no es montar una caña, lo difícil es hacerle el chequeo y saber arreglarlo. Es decir, cuando la caña te dice “hola, estoy aquí, soy así”, debes saber llevarla al terreno que tú necesitas. Puede que esté muy abierta, muy cerrada, que sea muy dura, que sea muy aguda, muy grave... Yo, a veces, con los alumnos, cuando hago clase de cañas, los conceptos varían. Porque a lo mejor va un estudiante y me dice “la caña me va dura”, y lo que realmente le ocurre a la caña es que va baja. Claro, una caña dura no es una caña baja, lo que pasa es que con una caña baja de afinación tienes que morder para poder tocar, porque está muy baja y tienes que subir la afinación. Hay que enseñarles a ellos los conceptos para que puedan expresarse adecuadamente.

 

G: Estupendo. ¿Cómo podemos contactar entonces contigo?

 

M: En mi página web www.pucholreeds.com, por e-mail, teléfono y también por whatsapp.

 

G: Perfecto, pues muchas gracias, Miguel, por concedernos esta pequeña entrevista, mucha suerte con el tema de las cañas y ánimo.

 

M: Muchas gracias a vosotros.

 

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